Un campo de olivos rodeado de paredes de piedra seca. Pinos. Sol. El viento y el mar. El Mediterráneo en estado puro.
Transformación de una antigua caseta de aperos de 50m2 en la costa de Tarragona en una vivienda vacacional
Para unos clientes estetas, y con gran sentido de la hospitalidad, reformamos la casa potenciando el espacio de cocinar y comer, frente al fuego del hogar. Usamos materiales del lugar, colores sacados de la gama natural que rodea la casa, y líneas muy básicas para subrayar la conexión con el entorno. Es una casa donde los espacios exteriores tienen un papel capital: cocina exterior, terrazas, márgenes transformados en bancos.
Toda la magia de esta naturaleza odorante y luminosa penetra en la casa.